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Medio Ambiente

Emergencia en la Amazonía: dos tercios de las especies de la región bajo amenaza por deforestación

15/08/2019 The Telegraph - Joe Shute

Según el informe, si la temperatura global se incrementa al ritmo actual, dos tercios de las especies que existen en la Amazonía estarían en serio peligro dado los cambios climáticos.

Foto: The Telegraph Foto: The Telegraph

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Cuando Marco Aurelio Zapata hace casi cincuenta años construyó selva adentro en la Amazonía colombiana su granja La Flor del Amazonas, los únicos sonidos que se escuchaban en las 288 hectáreas que rodeaban su propiedad provenían del medio selvático: monos aulladores, monos capuchinos, macacos, infinidad de pájaros, insectos y anfibios producían una cacofonía natural de ruidos.

El mundo moderno interrumpió este coro natural de manera violenta.  Durante la extendida guerra civil colombiana, que concluyó con un cese al fuego en 2017, aviones fumigadores rugían mientras volaban bajo inundando la selva tropical con herbicidas, en un intento por frenar la producción de cocaína en manos de la guerrilla.  Muchas de estas actividades se centraban en la provincia del Guabirá en donde Zapata vive y cuida de su minifundio.

Ahora se oye a la distancia el zumbido de las motosierras que cada vez se escuchan más cerca.  Con machete en mano, para abrirse paso en la selva tropical, Zapata, de 62 años de edad, nos sirve de guía hasta llegar a un claro del tamaño de varias canchas de futbol que ha sido recientemente nivelado por un vecino para venderlo para pastoreo de ganado.  “Me apena y me enfurece verlo”, dice Zapata.  “Este es un lugar hermoso y queremos proteger la tierra, pero aquí todos hacen lo que quieren”.

Esta extensión de la selva tropical al filo del parque nacional Chiribiquete en Colombia, declarado como Patrimonio de la Humanidad en 2018 y defendido por el Príncipe de Gales como un pulmón vital del planeta, es parte de la crisis ambiental de rápida evolución que se extiende por la cuenca amazónica.

Luego de alrededor de una década de un progreso gradual, la deforestación ha estallado en la Amazonía que atraviesa nueve países que contienen 40% de los bosques lluviosos del planeta y entre el 10 y 15% de todas las especies terrestres.

En el Brasil, en donde el nuevo presidente populista Jair Bolsanaro abiertamente ha adoptado una agenda anti ambiental, solo en el mes pasado se han despejado 2.254 kilómetros cuadrados de selva tropical.  Esta cifra representa un 278% de incremento a los 596.6 kilómetros cuadrados que fueron destruidos en julio del año pasado.

Mientras tanto, en Colombia la deforestación ha incrementado rápidamente de 124.000 hectáreas en 2015 a 197.000 hectáreas en 2018, 66% de las cuales están concentradas en la región amazónica.

Cuando los árboles desaparecen, lo mismo sucede con la vital biodiversidad que estos protegen.  Un nuevo e importante informe redactado por la World Wide Fund for Nature (WWF) y la Zoological Society of London (ZSL), exclusivamente puesto a disposición del Telegraph antes de su publicación el martes, revela que la población  de vertebrados de los bosques tropicales en el mundo, ha disminuido en cerca del 53% entre 1970 y 2014.

Según el informe, si la temperatura global se incrementa al ritmo actual, dos tercios de las especies que existen en la Amazonía estarían en serio peligro dado los cambios climáticos.

Los expertos advierten sobre un punto crítico al que se podría llegar cuando la deforestación se torne irreversible y gran parte de la Amazonía se convierta en una seca sabana, conocida como ‘cerrado’, al dejar de ser un sumidero vital para las emisiones a nivel global y convertirse en un emisor de decenas de miles de millones de carbono en la atmósfera.

“Los bosques tropicales son esenciales para la salud de nuestro planeta, así como para la salud humana”, afirma Tanya Steele, directora general del  WWF UK. “Son sumideros de carbono que actúan como un escudo en contra del cambio climático.  No solo se trata de datos científicos; existe un impacto ambiental y humano muy grande y este impacto lamentablemente sigue en aumento”.

La tala de árboles, así como la producción de alimentos y la minería ilegal están acelerando la destrucción de la selva tropical.  Hace quince días un líder comunitario fue apuñalado hasta la muerte luego de que unos mineros dedicados a la extracción de oro invadieran una reserva indígena en la cuenca amazónica en Brasil.

En la provincia de Guabirá en Colombia, una de las regiones más afectadas por la deforestación, esta aceleración es el resultado del desplazamiento de criadores de ganado hacia tierras que solían ser controladas por la guerrilla de las FARC.

Algunos agricultores han optado por vender sus tierras, en otros casos simplemente se han visto forzados a venderlas en un país en donde hay muy poco control sobre la propiedad de éstas.

Hay muchos espacios que están siendo despejados de manera acelerada y que están empezando a invadir el Parque Nacional de Chiribiquete, la extensión de selva virgen más grande de la Amazonía colombiana que abarca 4.2 millones de hectáreas.

Desde un helicóptero se puede observar enormes áreas de la selva dentro de la zona de protección alrededor de Chiribiquete que ya han sido despejadas.  Los taladores utilizan una combinación de motosierras y fuego para arrasar con los árboles, cuyos troncos quemados se destacan como lápidas en medio de lo que ahora es un área de pastoreo.

En el último año se han registrado 21 mil hectáreas deforestadas dentro de los parques nacionales de Colombia, 10 por ciento de éstas dentro del Parque Nacional Chiribiquete.

“Somos testigos de ilegalidades a gran escala, así como de la enorme presión ejercida sobre las familias para vender sus tierras”, dice Tanya Steele sobre la situación dentro y en los alrededores del parque nacional.  “No hay duda sobre la presión que se está ejerciendo en áreas que han sido dejadas de lado para futuras generaciones”.

En una entrevista en sus oficinas en la capital colombiana, Bogotá, el ministro de Ambiente Ricardo Lozano Picón insiste en que el presidente conservador Iván Duque si ha dado prioridad a la Amazonía desde su elección el año pasado.

Lozano informa que el gobierno está trabajando para cumplir con su meta de reducir la deforestación en un 30% en todo el país hasta 2022, aunque se rehúsa a hacer comentarios sobre la intención de Bolsonaro, el presidente brasileño, de desarrollar la región amazónica, lo que ha hecho que se le identifique con el sobrenombre de ‘Capitán Motosierra’.

“Soy la autoridad medioambiental de Colombia, no de Brasil, pero es muy importante decir que estamos dando ejemplo en la lucha contra la deforestación que debería ser imitada por otros países”, sostiene el ministro.

En Guaviare, intermediarios que representan a compradores externos, ya le han hecho varias ofertas de compra a Marco Zapata.  Hasta ahora las ha rechazado, pero con sus tres hijos viviendo en Bogotá, quienes no muestran ningún deseo por regresar al campo para hacerse cargo de las tierras cuando él se jubile, teme que la selva que ha cuidado por décadas muy pronto será arrasada.

 “Cada vez hay más presión en la región y yo ya estoy viejo”, dice Zapata.  “La gente como uno quiere preservar las tierras, pero para hacerlo necesitamos que el mundo nos ayude”.

Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí

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