Bad Bunny calentó a la fría noche lluviosa de Quito

El Estadio Olímpico Atahualpa de la capital ecuatoriana se llenó y se entregó al espectáculo del puertorriqueño

El Estadio Olímpico Atahualpa de la capital ecuatoriana se llenó y se entregó al espectáculo del puertorriqueño / Foto: EFE

Bad Bunny revolucionó y calentó este jueves la fría noche de Quito en su única presentación en Ecuador dentro de su gira americana "World's Hottest Tour", donde realizó un repaso a su profusa y prolija discografía que ni la lluvia pudo enfriar.

El Estadio Olímpico Atahualpa de la capital ecuatoriana se llenó y se entregó al espectáculo del puertorriqueño, que ofreció un repertorio de dos horas y media y puso en escena a más de veinte bailarines, sobre un escenario que replicaba la playa de "Un verano sin ti", su último disco (2022).

Benito Martínez hizo su aparición ante miles de fanáticos ecuatorianos con el tema “Moscow Mule”, ataviado de dos casacas para protegerse del frío andino de Quito.

“Si hay un país al que yo le debía una visita es a Ecuador”, dijo el "Conejo Malo" para saludar al público y continuar con "La corriente", con la que metió a la marea de gente en su particular playa.

Al grito de “fuego, fuego”, el escenario se iluminó con fuertes llamaradas, luces láser y fuegos artificiales que ya no dejaron de acompañar al reguetonero en el resto del concierto, cuyo repertorio interrumpió únicamente para hacer sonar una estrofa de “A mi lindo Ecuador”, canción icónica del país.

Fiesta con lluvia 

Para interpretar “Yo perreo sola”, el estadio se iluminó de rojo, justo antes de que comenzase una lluvia que no disminuyó ni acalló la algarabía, pues para la gran mayoría de los asistentes eran la primera vez que podían ver en vivo a Bad Bunny.

Al son de “hoy se bebe, hoy se gasta, hoy se fuma como un rasta”, el estadio vibraba y una fuerte bulla descendió de los tribunas para invitar al puertorriqueño a que cante “Titi me preguntó” y este complació al público para deleite general.

Tras una breve pausa, retomó el concierto para cantar a capella “Yo no soy celoso”, sentado en medio del escenario y rodeado de su cuerpo de baile, mientras la multitud ondeaba sus brazos en alto.

Con “Yonaguni” volvió toda la intensidad, y el momento más esperado de la noche llegó al ritmo de “Ella es calladita”, tema que sorprendió al artista cuando, al cantar “ella no era así, ella no era así, no sé quién la dañó”, el estadio respondió al unísono “el huevo”, una expresión que se popularizó en Ecuador con este tema.

Final apoteósico

Desde un pequeño escenario alterno, en mitad de la cancha, realizó un breve popurrí de sus canciones más antiguas, entre ellas “Tú no metemos cabra” y “Chambea”, temas que impulsaron su carrera y que fueron preludia de la euforia desencadenada con “Amorfoda”.

Al son de “Un coco” voló sobre el público, que atónito lo veía dar la vuelta por todo el estadio sobre una palmera luminosa, para luego tener un apoteósico momento durante la interpretación de “Ojitos lindos”.

No se olvidó de la participación de Ecuador en el Mundial de Qatar 2022, y manifestó su plena seguridad en que la selección ecuatoriana vencerá el domingo a la anfitriona Catar en el partido inaugural del torneo.

“Después de la playa” fue el tema de despedida, mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo quiteño para poner el colofón a la noche.

Tras su concierto en Quito, la gira de Bad Bunny continuará en Colombia, con dos presentaciones en el estadio Atanasio Girardot, de Medellín, el 18 y 19 de noviembre, y una en el estadio El Campín, de Bogotá, el 20 de noviembre. Por Francisco Racines