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Medio Ambiente

El Smithsonian se une a un estudio sobre los tapires en el Ecuador

12/08/2019 The Northern Virginia Daily - Josette Keelor

Los científicos saben muy poco sobre las causas de la reducción del número de tapires de montaña en peligro de extinción.

Foto: The Northern Virginia Daily Foto: The Northern Virginia Daily

Foto: The Northern Virginia Daily

Los científicos saben muy poco sobre las causas de la reducción del número de tapires de montaña en peligro de extinción.  Este mamífero vive en Colombia, Ecuador y el norte del Perú.

Una de las razones, sostiene el Dr. Budhan Pukazhenthi, investigador fisiólogo del Smithsonian Conservation Biology Institute, es que es muy difícil seguirles la pista y dar con ellos.

El tapir de montaña se incluye en la más amenazada de las cinco especies de tapir (cuatro de América del Sur y América Central y una de Asia).  Tiene una piel lanuda y labios blancos; mide 1.80 metros de largo y tiene un aspecto similar a un cruce entre un oso negro y un oso hormiguero.

Pukazhenthi calcula que existen entre dos y dos mil quinientos tapires de montaña en estado salvaje, y solo nueve en zoológicos en California, Colorado y Colombia.  “Por lo tanto, es muy poco lo que se sabe de ellos,” sostiene Pukazhenthi.

En su interés por descubrir lo que causa la desaparición progresiva de los tapires salvajes, Pukazhenthi se ha unido a su colega científica Liza Dadone, vicepresidenta de la misión y programas en el zoológico Cheyenne Mountain en Colorado Springs, que planifica una serie de expediciones al Ecuador para estudiar a estos animales.

“Soy uno de los investigadores principales del proyecto,” dijo el científico.  “Tanto a ella como a mi se nos ocurrió esta idea y decidimos embarcarnos en este proyecto.”

Hasta la fecha, informa Pukazhenthi, su equipo de investigadores ha capturado y recogido alrededor de 15 animales.  Planifican regresar al Ecuador por dos semanas en octubre a fin de encontrar algunos más y equiparlos con collares GPS para estudiar, vía satélite, tanto sus hábitos como sus hábitats.

Tienen cinco collares, “lo que significa que si tenemos suerte, lograremos conseguir cinco animales,” dijo el especialista.

Por lo pronto han logrado colocar los collares en dos animales y a otros se les ha implantado chips de transpondedor.

El estudio de los tapires de montaña implica invertir mucho tiempo de espera, dijo Pukazhenthi.  “Practicamos mucho excursionismo,” añadió, “caminamos varios kilómetros al día, dependiendo del lugar en el que se encuentren estos animales.”

Su visita en octubre iniciará a nivel del mar, reportó, pero además subirán hasta entre 3 mil y 4.200 metros de altura en busca de los sujetos de investigación.

“Es divertido, pero involucra un gran esfuerzo”, dijo el científico.  “Las largas caminatas no son un problema, puedo hacerlas con gusto”.  Sin embargo, sostiene que a mayor altitud los niveles de oxígeno son inferiores, lo que hace que las caminatas se vuelvan más extenuantes.  El equipo además ha incorporado a tres rastreadores locales que solían ser cazadores.

“Los utilizamos para que nos ayuden a rastrear los animales”, afirma Pukazhenthi.  “El poder capturarlos para recolectar muestras y aprender más sobre ellos es una experiencia absolutamente gratificante.”

El equipo está trabajando en este proyecto con el gobierno del Ecuador y compartiremos con las autoridades la información obtenida, dijo el investigador.

Algo especialmente interesante que se ha aprendido sobre los tapires es que tienen una gran capacidad de adaptación a las montañas del Ecuador, dijo Pukazhenthi.  Lo que a los humanos nos toma algún tiempo recorrer, los tapires lo hacen sin problema alguno, añade.

Uno de los objetivos del equipo es conocer cómo la transmisión de enfermedades del ganado existente en parques nacionales vecinos, así como de fincas de caballos y reses pueden afectar a los tapires.  Se vacuna al ganado en contra de enfermedades, pero los tapires no cuentan con estas protecciones, concluye el científico.

Como parte de los preparativos para su próximo viaje, el equipo está recabando datos básicos de referencia; de esta manera, si aparece un brote de alguna enfermedad, podrán rastrear la fuente de origen.

Además están trabajando en tareas de difusión con el gobierno ecuatoriano para ilustrar lo que hacen estas especies y cuál es su rol en el medioambiente.  Los nativos no cazan a los tapires, lo cual es positivo, pero el investigador se pregunta qué otras amenazas están afectando a estos animales.  Sospecha que entre éstas está la deforestación que causa la pérdida de su hábitat, además de las actividades mineras en el área.

“Estas son especies realmente carismáticas”, dice el experto; sin embargo, “se sabe muy poco de ellas”.

¿Qué comen? ¿A dónde van? ¿Cuáles son sus sistemas de reproducción?

Pukazhenthi sostiene que los científicos no tienen información sobre el tiempo que los tapires se mantienen juntos.  Planifican estudiar la ecología de los lugares en los que viven los animales, el área que cubren y cualquier potencial amenaza que enfrentan provenientes tanto de la flora como de otros animales salvajes.

“No tenemos esta información sobre los animales en esta área,” dijo, “aún hay muchos datos científicos muy apasionantes por descubrir” concluyó.

Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí

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