Economía
Inversiones estratégicas impulsan el auge tecnológico en América Latina
Este desempeño responde a un renovado ciclo de inversión en infraestructura industrial
Durante Automation Fair 2025, Rockwell Automation examinó el impacto de estas tendencias en la transformación tecnológica regional / Foto: cortesía Rockwell Automation
Quito- La Inversión Extranjera Directa (IED) en América Latina cerró 2024 con un incremento significativo, alcanzando $ 188.962 millones. Representa un alza del 7,1 % respecto al año anterior, según cifras de la CEPAL. Este desempeño responde a un renovado ciclo de inversión en infraestructura industrial, particularmente en proyectos mineros de gran escala y en la construcción acelerada de data centers en países estratégicos de la región.
Durante Automation Fair 2025, Rockwell Automation examinó el impacto de estas tendencias en la transformación tecnológica regional. Luciano Marrazzo, director regional del Cono Sur de la empresa, destacó que la región vive “un periodo de inversiones estratégicas sin precedentes, especialmente en minería, energía y nuevas instalaciones de data centers que buscan ampliar la capacidad de procesamiento ante el crecimiento de datos industriales”.
De acuerdo con IMARC, el mercado latinoamericano alcanzó $ 15,38 mil millones en 2024 y podría escalar a $ 32,74 mil millones en 2033, impulsado por un CAGR de 8,11 % entre 2025 y 2033. Este crecimiento está vinculado al aumento del tráfico de datos provenientes de sensores, sistemas de control, plataformas digitales y aplicaciones de inteligencia artificial (IA), lo que ha intensificado la necesidad de infraestructura de alto rendimiento.
Marrazzo indicó que se han anunciado proyectos “de escala inédita”, incluyendo centros específicamente diseñados para aplicaciones de IA y cargas de cómputo avanzadas. Esta tendencia está impactando sectores como manufactura, logística, energía y consumo masivo, al tiempo que aumenta la demanda de talento especializado y soluciones de ciberseguridad.
Asimismo, el avance de modelos de control autónomo -procesos industriales capaces de ajustarse y operar en tiempo real con mínima intervención humana- plantea nuevos desafíos para la capacidad energética y tecnológica de la región, que deberá adaptarse para sostener el creciente volumen de datos que demanda la industria moderna.
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