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Ecuador en las Noticias
La caída del gobierno de Lenín Moreno, en medio del caos generalizado, fue el principal punto de la agenda del correísmo en las movilizaciones sociales. Sus escenarios fueron la Asamblea y las calles.
Según Virgilio Hernández, exlegislador correísta, el gobierno de Moreno tenía una disyuntiva: “O se cae este paquetazo que afecta a la mayor parte de los ecuatorianos, o se cae el Gobierno”. Lo dijo el 2 de octubre, un día antes de que empezaran las protestas.
Convocó a una ‘resistencia’ generalizada en todo el país con movilizaciones.
Nueve días después, el 11 de octubre, la asambleísta Gabriela Rivadeneira reforzaba uno de los planteamientos de Hernández: “A diferencia de golpes de Estado con amarre político, la Constitución prevé la muerte cruzada para volver a la democracia y la paz”. La muerte cruzada significa disolver el Congreso y anticipar los comicios generales.
Mientras, el expresidente Rafael Correa contribuía desde el exterior. A través de su cuenta de Twitter no solo que alentaba a la caída de Moreno, sino que se burlaba de él y llamaba a la población a irse contra sus opositores y la prensa.
Constitucionalmente, decía, ya se habría podido destituir a Moreno. Para ello, se debía recurrir al artículo 130 de la Constitución. Este se refiere a la salida del jefe de Estado por “grave crisis política y conmoción interna”.
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