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Opinión
En democracia no se puede justificar la violencia con fines politicos
La violencia con fines políticos no es protesta: pone en riesgo la democracia y el desarrollo del país.
Ecuador lleva tres semanas bajo el mal llamado paro indígena. Mal llamado porque no es paro, es paralización, es chantaje, y es violencia. Y no es indígena, son unos pocos antisociales dirigidos por una dirigencia comunista que busca fines políticos. Y lo que no es admisible es que no tengamos claro que la democracia es precisamente la renuncia a la violencia con fines políticos, porque los asuntos políticos los decidimos entre todos en las urnas, en la Asamblea y con el debate público pacífico.
Y no puede ser que estemos amparando lo que está ocurriendo. Lo peor de todo son todos esos intelectualoides, profesores, periodistas que se las dan de muy empáticos y muy solidarios cuando ellos no pierden un solo dólar con el paro, sino que es la gente pobre de Imbabura la que lo está sufriendo y jalean, amparan y socapan la violencia con fines políticos.
Eso es inadmisible, es hipócrita e ilegítimo y no se puede admitir. El problema es que, si no tenemos los fundamentos básicos, lo que es la convivencia pacífica, lo que es la democracia y lo que es la prosperidad, jamás vamos a poder salir adelante. Esto que está ocurriendo en Imbabura tendrá consecuencias por años que espantan la inversión e impiden el crecimiento económico.
Con pésimas ideas es imposible tener buenos resultados.
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