La Amazonía ecuatoriana es creadora de riqueza

La realidad, es que la inmensa mayor parte de la economía de Ecuador y de aquello que disfrutan los urbanistas ecologistas procede de explotar la Amazonía, porque la mayor riqueza de Ecuador procede de explotar el petróleo

La realidad, es que la inmensa mayor parte de la economía de Ecuador y de aquello que disfrutan los urbanistas ecologistas procede de explotar la Amazonía, porque la mayor riqueza de Ecuador procede de explotar el petróleo/ Foto: cortesía

Es bastante llamativo que siendo la sociedad ecuatoriana una sociedad joven y en tanto contacto con la naturaleza, siga configurándose con una serie de mitos sobre lo que es lo natural, más propio de la sociedad europea romántica y los mitos del romanticismo.

Parecen creer que, la Amazonía, es una especie de santuario ajeno a la civilización, a las leyes de mercado y que hay que preservar. Y que sus habitantes, son una especie de indígenas exóticos a los que hay que subvencionar para que sigan teniendo esos modos de vida tan distintos a los nuestros, y que no tienen que llegar a nuestro modo de vida porque creen en el mito del buen salvaje o algo parecido.

Nada más lejos de la realidad.

La realidad, es que la inmensa mayor parte de la economía de Ecuador y de aquello que disfrutan los urbanistas ecologistas procede de explotar la Amazonía, porque la mayor riqueza de Ecuador procede de explotar el petróleo.

Y la realidad es que los habitantes de la Amazonía son ciudadanos, ciudadanos que lo que desean es prosperar, que lo que desean es tener derechos de propiedad privada sobre sus terrenos, para poder cultivarlo y avanzar.  Ciudadanos que lo que desean es poder explotar las tilapias en los ríos de la Amazonía.

Son ciudadanos que lo que desean es los mismos derechos que el resto de ciudadanos del país.

Tanto es así, que acabamos de descubrir según un estudio del Servicio de Rentas Internas, que las provincias amazónicas contribuyen en más del doble y del triple de lo que creían, a el presupuesto del país.

Porque claro, si se contabiliza solo el presupuesto por la sede fiscal, que normalmente está en Quito o en Guayaquil, pues entonces parecía que las provincias amazónicas no contribuían a la riqueza del país.

Pero si contamos por la sede central donde se produce el negocio, nos damos cuenta que las provincias amazónicas sí contribuyen en mucho a la riqueza del país.

Por tanto, tenemos que cambiar esa mentalidad romántica obsoleta y empezar a ver a la Amazonía como lo que es. Una provincia más, con sus recursos y sus necesidades.

 

 

 

 

View this post on Instagram

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A post shared by El Oriente (@elorienteec)