Pueblos Indígenas
La lucha contra el extractivismo y el machismo reunió a mujeres indígenas en Sarayaku
El encuentro tuvo lugar los días 27 y 28 de junio en la comunidad de Sarayaku


La cita congregó a lideresas de diferentes nacionalidades indígenas, como kichwa, shuar y achuar / Foto: cortesía Heroínas
Sarayaku- La lucha contra la política extractivista de recursos naturales y el machismo estructural marcó el primer Encuentro de Mujeres Juristas que defienden la Amazonía y Defensoras Indígenas de la Selva, que reunió a representantes de varios países en la Amazonía ecuatoriana, donde coincidieron en la importancia de la colectividad, el litigio estratégico y el trabajo comunitario.
El encuentro, en el que participaron ponentes de Colombia, Brasil y Francia, tuvo lugar los días 27 y 28 de junio en la emblemática comunidad de Sarayaku, perteneciente al pueblo kichwa y símbolo de resistencia de los pueblos indígenas contra el avance de la exploración petrolera en la Amazonía.
"Las luchas en defensa de la naturaleza y los derechos son organizadas por mujeres de cada comunidad y territorio. Ponen cuerpo y alma y, por ello, quisimos conectar varias historias de defensoras (del territorio) y juristas que trabajan para que la vida plena en la Amazonía esté garantizada", explicó a EFE Cristina Melo, abogada de la Fundación Pachamama y una de las principales organizadoras del encuentro.
La cita congregó a lideresas de diferentes nacionalidades indígenas, como kichwa, shuar y achuar, entre ellas, Noemí y Patricia Gualinga, dos de los referentes más importantes de la lucha de Sarayaku contra las petroleras desde el 2003.
También llegaron activistas sociales expertas en litigio estratégico, cooperantes internacionales como la colombiana Josefina Klinger Zúñiga y profesionales del derecho como la decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Ecuador, Elizabeth García.
"Cualquier territorio del planeta está determinado por los intereses que se sobreponen y ese es el gran desafío de los líderes, especialmente de las lideresas", apuntó Klinger a EFE, una activista al frente de la asociación Mano Cambiada con sede en el Chocó, en Colombia, centrada en fomentar el turismo sostenible y el mantenimiento del ecosistema.
El encuentro se llevó a cabo gracias a la colaboración del colectivo Mujeres Amazónicas Defensoras de la Selva, centrado en el activismo de mujeres locales; la ecuatoriana Fundación Pachamama, dedicada a la conservación permanente de la selva; y la Fundación TIAM, especializada en derechos humanos y de la naturaleza.
"El territorio es parte de nuestra vida"
El colectivo de Mujeres Amazónicas de la Selva surgió en 2013, en un contexto en el que el Estado ecuatoriano promovía la décimo primera Ronda Petrolera con el fin de licitar varios bloques en la Amazonía, una estrategia que levantó a las mujeres indígenas a marchar hasta Quito en señal de protesta.
Desde entonces, más de 100 mujeres de diferentes nacionalidades indígenas ecuatorianas forman parte del colectivo.
"El territorio es parte de nuestra vida. Nos hacían creer que lo que había dentro de la tierra le pertenecía al Gobierno, pero eso no es lo que decían nuestros abuelos. El territorio es el presente y el futuro", explicó en el encuentro Noemí Gualinga.
Ella es una de las voces más reconocidas de la lucha de Sarayaku, pueblo que logró un fallo histórico de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2012, paralizando la actividad petrolera.
Para Nunkui Tentets, al frente del Proyecto de Conservación Sharám, en la comunidad Achuar de Sahramentsa, en la provincia ecuatoriana de Pastaza, las amenazas del extractivismo y el deterioro del ecosistema están provocando "enfermedades y gripes" y reducción de "alimentos" vegetales y animales en su localidad.
Tejer alianzas
Con ayuda de un mural de grandes dimensiones pintado por ellas mismas, todas las mujeres asistentes al encuentro –lideresas, juristas, activistas y cooperantes– explicaron su manera de entender el territorio: "solidaridad", "colectividad", "diversidad" y "vida" fueron las palabras más recurrentes.
Una por una, las mujeres fueron exponiendo sus inquietudes y miedos, todos relacionados con los desperfectos irreparables de la selva, la ausencia de respaldo institucional y el machismo estructural del Estado y las propias comunidades.
Algunas de las presentes denunciaron sufrir amenazas y vandalismo en sus viviendas durante su activismo y liderazgo.
"Hay que cambiar los modelos de desarrollo y eliminar la violencia que viven estas mujeres de agentes estatales y no estatales. Espero que esta red que se ha creado estos días se mantenga. Siento que de las conversaciones que se han tenido van a salir nuevos procesos que pueden cambiar la crisis climática y política que sufrimos en Ecuador", concluyó Melo, de Fundación Pachamama. EFE
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