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Minería en Ecuador
Loma Larga la licencia ambiental desató una ola de oposición
El proyecto minero está a cargo de la canadiense Dundee Precious Metals


El Colegio de Médicos del Azuay advirtió sobre los riesgos inherentes de la minería en páramo / Foto: cortesía MAE
Cuenca- El proyecto minero Loma Larga, impulsado por la canadiense Dundee Precious Metals (DPM), ha encendido un fuerte debate en Cuenca tras la reciente obtención de la licencia ambiental para iniciar su fase de explotación.
Lo que la empresa proyectaba como un paso decisivo para arrancar con la construcción de la mina a finales de 2025 se ha convertido en un detonante de oposición creciente entre distintos sectores de la sociedad azuaya.
La resistencia a la minería metálica en la zona de páramos no es nueva, pero en las últimas semanas ha adquirido un tono más amplio y organizado. A las históricas demandas de comunidades campesinas se han sumado autoridades municipales, profesionales de distintos gremios y colectivos ciudadanos que expresan preocupación por los posibles efectos ambientales del proyecto. Incluso, organizaciones sociales han advertido con medidas de presión indefinidas si la explotación minera avanza.
Primicias señala que el alcalde de Cuenca, Cristian Zamora, y el Concejo Cantonal han tomado una postura frontal contra la iniciativa, respaldados por asambleístas, exalcaldes y la Universidad de Cuenca.
Asimismo, el Colegio de Médicos del Azuay advirtió sobre los riesgos inherentes de la minería en páramo, como la contaminación del agua por metales pesados. Los ingenieros civiles y otros colegios profesionales se han pronunciado en la misma línea, pidiendo incluso que se revoque la licencia ambiental ya otorgada.
DPM, por su parte, insiste en que mantiene canales de diálogo abiertos y asegura haber trabajado durante años en la protección del agua y en la socialización de sus planes. No obstante, la presión ciudadana y política ha llevado a la empresa a revisar su cronograma de explotación, mientras el Ministerio de Energía y Minas mantiene la exigencia de difundir información sobre el proyecto.
En medio de este escenario, la tensión aumenta de cara a la movilización social prevista para el 16 de septiembre, que podría marcar un punto de inflexión en el futuro de Loma Larga.
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