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Provincia de Pastaza
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Pastaza, epicentro de la resistencia indígena contra Noboa
El presidente se trasladó a Otavalo, donde hubo fuertes protestas lunes y martes
Puyo- La provincia de Pastaza se convirtió en el epicentro de la confrontación política y social que vive Ecuador tras la eliminación del subsidio al diésel. Desde la Troncal Amazónica, Hatun Kuraka, presidente de la Organización de la Nacionalidad Kichwa de Pastaza, y Marlon Vargas, presidente de la Conaie, anunciaron el inicio de lo que denominaron un “proceso largo, paulatino y contundente” de resistencia.
Los dirigentes indígenas convocaron a las siete nacionalidades de la Amazonía y a comunidades de todo el país a sumarse a una movilización “por la paz, la seguridad, la igualdad y la justicia”. Denunciaron que el gobierno de Daniel Noboa ha desplegado fuerzas militares y policiales en distintas provincias para reprimir las manifestaciones, vulnerando -según ellos- derechos humanos y colectivos consagrados en la Constitución y en tratados internacionales. “Si el gobierno no escucha a su pueblo, muy pronto encontrará un pueblo enfurecido que ya no soporta más humillación”, advirtió Vargas.
Kuraka, por su parte, insistió en que la lucha no es aislada ni momentánea, sino parte de un proceso de unidad en construcción. “Este es el inicio de nuestras acciones justas”, dijo, invitando a más comunidades a sumarse progresivamente a la resistencia. Los líderes de la Conaie también llamaron a la comunidad internacional a vigilar la situación en Ecuador y a documentar posibles abusos cometidos por la fuerza pública.
En paralelo, desde Otavalo, provincia de Imbabura, el presidente Daniel Noboa endureció su discurso y calificó las protestas como “actos de terrorismo disfrazados de reclamos sociales”. Aseguró que detrás de las movilizaciones no hay demandas legítimas, sino intentos calculados de “sembrar miedo y desestabilizar el país”.
Noboa informó de la detención de cuatro ciudadanos venezolanos en Chimborazo, acusados de preparar explosivos. Enfatizó que “Ecuador no retrocede ante terroristas ni extranjeros que vienen a hacer destrozos”.
El mandatario también buscó contrarrestar el relato indígena con anuncios económicos. Destacó la entrega de más de 1.800 bonos raíces de $ 1.000 cada uno y aseguró que, en total, se inyectarán $ 100 millones al agro. Además, mencionó títulos de propiedad, créditos y programas para mujeres rurales como evidencia de que su gobierno apoya directamente a quienes producen y trabajan.
La Amazonía se posiciona como un escenario central en la pugna entre el movimiento indígena y el Ejecutivo, en un pulso que definirá el alcance y la duración de las movilizaciones en todo el país.
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