Colombia
El recibo del gas subiría hasta 45 % en Medellín y Bogotá
Fedesarrollo advierte sobre las alzas en tarifas de gas en Colombia si crece la importación.
Bogotá- Colombia enfrenta una coyuntura delicada en el mercado del gas natural que podría golpear con fuerza el bolsillo de los hogares urbanos. La menor producción doméstica, un mayor peso de las importaciones y la expiración de contratos a precios bajos el 30 de noviembre configuran un escenario de incrementos significativos en la tarifa residencial.
Las ciudades más golpeadas
De acuerdo con un informe de Fedesarrollo, elaborado por el investigador Juan Benavides junto con el profesor de la Universidad de los Andes, Sergio Cabrales, si 50 % de la demanda nacional se cubriera con gas importado, el recibo mensual subiría 45,8 % en Bucaramanga; 44,9 % en Medellín; 44,6 % en Bogotá; 30,3 % en Cali; y, 11,7 % en Barranquilla.
El diagnóstico parte de una realidad que ya se siente en el sistema, pero que aún no se refleja plenamente en la factura. “Estos altos precios del gas aún no se han reflejado en la factura, ya que siguen vigentes contratos a precios bajos que expirarán el próximo 30 de noviembre”, advierte Cabrales. Ese vencimiento forzará a las comercializadoras a cubrir volúmenes a precios más altos, con un traslado gradual a usuarios finales.
La geografía pesa
Benavides recuerda que la tarifa es la suma de costos de producción, transporte y distribución, y que el componente de transporte aumenta con la distancia entre las fuentes de suministro y los nodos de consumo. Por eso, ciudades alejadas de los centros de producción doméstica o de la infraestructura de regasificación tenderán a enfrentar incrementos porcentuales mayores. En el extremo, si la canasta de suministro dependiera exclusivamente de gas importado, los aumentos estimados serían de 91,5 % en Bucaramanga; 89,7 % en Medellín; 89,3 % en Bogotá, 60,7 % en Cali; y, 23,4% en Barranquilla.
El telón de fondo: caída del autoabastecimiento energético
El país pasó de importar 2 % de combustibles en 2015 a cerca de 20 % hoy. La Contraloría alertó pérdida progresiva de autoabastecimiento: la demanda supera la capacidad de Cartagena y Barrancabermeja, y el diésel (ACPM) está cerca de perder autonomía. Este patrón de mayor dependencia externa también encarece el gas y eleva la volatilidad.
Fedesarrollo advierte que, de no tomar medidas, el país podría enfrentar un déficit gasífero y energético en los próximos tres años, un cuadro que no se veía desde 1994. El costo macroeconómico de llegar a racionamientos sería elevado: pérdida de 1,5 puntos del PIB, destrucción de al menos 260.000 empleos anuales y 250.000 personas adicionales en situación de pobreza.
Por ello, entre las recomendaciones se menciona la de recuperar la oferta doméstica de gas, acelerando la exploración y producción; y habilitando pilotos no convencionales (fracking) bajo estándares ambientales, para cerrar la brecha de corto y mediano plazo.
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