La minería ilegal prolifera en Napo

Los mineros artesanales se han topado con obstáculos para formalizar su actividad

Los mineros artesanales se han topado con obstáculos para formalizar su actividad/ Foto: Cortesía Fuerzas Armadas

La minería ilegal sigue causando estragos en la Amazonía ecuatoriana. En la provincia de Napo, la actividad minera ilegal ha aumentado en los últimos años, afectando gravemente la biodiversidad y la calidad de vida de las comunidades locales.

A pesar de los esfuerzos para combatirla, esta actividad sigue siendo un problema grave en Napo y en otras partes del país. La falta de recursos y la corrupción son algunas de las causas que dificultan la erradicación de esta práctica.

Una de las propuestas de Guillermo Lasso era impulsar la minería responsable ambiental y socialmente. El decreto 151 demostraba ese apoyo al sector minero.

Sin embargo, los mineros artesanales se han topado con obstáculos para formalizar su actividad, y ven impotentes cómo, aun cuando se ha completado todos los trámites para los permisos ambientales en el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), no se tramita la autorización y las zonas son abandonadas y aprovechadas para la minería ilegal.

En Napo, la minería ilegal se concentra principalmente en la extracción de oro, cuyo precio en el mercado internacional ha aumentado en los últimos años. Esto ha hecho que prolifere creación de numerosas minas ilegales, donde se utilizan técnicas que dañan el medio ambiente y ponen en peligro la salud de los trabajadores.

En marzo, el Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP) publicó un nuevo informe en el que se señala que en la provincia de Napo, entre 2015 y 2021, las zonas de actividad minera se incrementaron en 855 hectáreas. Y el 17 % aproximadamente (145 hectáreas) de este incremento se encuentra fuera de áreas destinadas legalmente a actividades mineras.

De acuerdo a una nota publicada en La Hora, “existen 1.486 concesiones de pequeña minería y 3.037 de minería artesanal, pero un gran porcentaje nunca ha sido explotado por los propietarios formales; sino por las redes ilegales”.

Entre la tramitología, la falta de personal para realizar inspecciones en los ministerios, los altos valores de los materiales para la actividad minera, la minería artesanal formal se encuentra entrampado para su formalización.

La minería ilegal conlleva a la contaminación de ríos y suelos, la deforestación y la pérdida de hábitats naturales. Además, se ha visto que esta actividad suele estar relacionada con la explotación laboral y el tráfico de drogas y armas, lo que la convierte en una amenaza para la seguridad y el bienestar de las personas.