Medio Ambiente
Estudio registra expansión de lagartija invasora en Orellana, Manabí y Esmeraldas
La depredación y enfermedades causadas por especies exóticas representan un gran riesgo para la biodiversidad y las especies endémicas
Quito.- Un estudio científico ha registrado la expansión de la lagartija invasora abaniquillo pardo del Caribe ('anolis sagrei') a lo largo de la costa norte y central de Ecuador, en las provincias de Manabí y Esmeraldas, y así como en la provincia de Orellana, situada en el norte de la Amazonía ecuatoriana.
En esta investigación sobre la presencia y consecuencias medioambientales de esta especie invasora en el país andino han participado investigadores de la Universidad Espíritu Santo (UEES) de Guayaquil, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), la estadounidense Universidad de *Nuevo México (UNM) y la Fundación Great Leaf, además del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio).
Estudios previos mostraron su presencia en varias localidades de la provincia de Guayas, en el sur de la costa ecuatoriana, mientras que los registros actuales sitúan su expansión en la costa norte y en la región amazónica, según ha comunicado el Inabio.
Por ello, desde este instituto recomiendan “un monitoreo continuo para identificar los puntos de ocurrencia específicos” en los que se presenta la especie invasora.
El Inabio también ha detallado que el desplazamiento o daño realizado a especies nativas por especies exóticas a través de la competencia, la depredación o la generación de enfermedades, supone uno de los principales riesgos para la biodiversidad y la naturaleza endémica.
Sin embargo, excepto en una reserva de la isla Santay, en el sur del país, no se han encontrado estas lagartijas en bosques naturales del continente, por lo que “no hay impactos potenciales sobre especies nativas”, declara la organización.
La institución científica remarca la importancia que tiene este tipo de investigaciones para “la concienciación sobre el desplazamiento involuntario de este lagarto debido a iniciativas de ecologización en áreas urbanas”.
Por ello y para prevenir una nueva expansión, con las posibles consecuencias ecológicas que esto puede causar, la organización ha aconsejado implementar inspecciones obligatorias para lagartijas o huevos, así como establecer un programa de cuarentena para plantas antes de su transporte.
El abaniquillo pardo del Caribe es un lagarto árboreo diurno y destaca por su adaptabilidad a la hora de cambiar y prosperar en diversos hábitats, incluso los urbanos como parques, jardines y áreas naturales a lo largo de las riberas de los ríos.
Este lagarto, originario de Cuba, ya ha invadido varias regiones del mundo y se encuentra establecido en Estados Unidos, México, Honduras, Guatemala, Bermudas, Ecuador, Brasil y Panamá, así como los países asiáticos de Taiwán y Singapur. EFE