La elección de los asambleístas en la segunda vuelta es una necesidad

Existió una situación bastante peculiar en el proceso electoral del 20 de agosto para el voto en el exterior

Existió una situación bastante peculiar en el proceso electoral del 20 de agosto para el voto en el exterior/ Foto: El Oriente

El 15 de octubre se llevó a cabo la segunda vuelta electoral de las elecciones presidenciales, producto de la muerte cruzada. Este proceso electoral se caracterizó por la violencia extrema, incluso con el asesinato de uno de los candidatos a la presidencia, y sobre lo cual, aún no se tiene información contundente sobre los actores intelectuales. Los actores materiales han fallecido.

Para la primera vuelta, posterior al debate, se evidenció de manera inédita un crecimiento completamente fuera de lo común de uno de los candidatos. Esta situación generó gran expectativa para el debate correspondiente a la segunda vuelta. Es importante notar que el debate pasó, en buena medida, desapercibido con respecto a movimientos significativos en la intención del voto. El candidato, Daniel Noboa, tal cual anticipaban las encuestas, fue el triunfador y es el presidente electo.

Existió una situación bastante peculiar en el proceso electoral del 20 de agosto para el voto en el exterior. Debido a los inconvenientes suscitados en el voto telemático, se declaró nulo el proceso y se tuvieron que repetir las elecciones de asambleístas junto con las de presidente y vicepresidente para el 15 de octubre.

Como era de esperarse, las tendencias electorales para los asambleístas, tanto nacionales como del extranjero se modificaron con respecto a la primera vuelta, ya que, con resultados para la presidencia, la reflexión del votante hacia los asambleístas no es la misma. Esta circunstancia extraordinaria en este proceso electoral es precisamente lo que debería ser la norma para procesos electorales futuros: que los asambleístas sean elegidos en segunda vuelta.

Un país, requiere independencia de poderes: ejecutivo, legislativo, judicial y otros; sin embargo, también requiere de gobernabilidad.

La posibilidad de elegir a los asambleístas en segunda vuelta, no libera al ciudadano de la posibilidad de elegir a los candidatos de su preferencia. Pero, si permite que se pueda repensar el voto por los candidatos a asambleístas y tener una visión de gobernabilidad para el candidato con posibilidades de ser elegido primer mandatario de la nación, pues, deberá tener una relación con la Asamblea Nacional.

La elección de los asambleístas en la segunda vuelta electoral es una necesidad de gobernabilidad para el Ecuador.